sábado, 7 de marzo de 2009

9.- La Bruja mas bella

Después de que Santiago despertó, decidieron conservarlo con vida, accediendo a mi petición, lo conducimos muy lejos de nuestro escondite vendado, éramos 4 vampiros incluyéndome a mi y al patriarca.

Yo ya podía controlarme, la reacción ante ese olor a lobo muerto ahora simplemente era con un gesto de desagrado mas ya no con acciones violentas, al patriarca no parecía molestarle, pero a Mauricio y Humboldt, que nos acompañaban, podía notarlos incómodos y de rato en rato enfurecidos. Santiago estaba vendado, pero sentir a 4 vampiros rodeándolo lo desesperaba, era el patriarca quien lo sujetaba con gran fuerza, y cada cierto tiempo el me pedía que lo suelten ya.

Llegamos a un enorme bosque donde pudimos olfatear animales, teníamos en mente, soltarlo y llevar comida a casa.

Cuando nos vimos en el bosque buscando el lugar ideal, llegamos frente a un árbol que mas bien parecía un gran pedazo de carbón con hojas secas y crujientes que caían una tras otra en al parecer un circulo que nunca terminaría.

Entonces todos sentimos aquella presencia, Santiago se desespero aun mas y logro soltarse del patriarca, de un solo salto y sin percatarse llego a los pies de aquel árbol y se puso en guardia, al notarlo, giro lentamente, al verse con tal anomalía bajo las manos y se quedo observando.

No habían pasado mas de 5 minutos cuando la vimos llegar, Mauricio con un gran rostro de espanto la señalo y dijo:

-Es la bruja que seguía el tipo que los capturo.
-No parece una bruja –dijo Van, el patriarca- esperemos un momento a ver que es lo que sucede.

Santiago inconscientemente retrocedió y cuando se percato se encontraba a nuestro costado, no pareció molestarle y todos nos quedamos a una distancia prudente de aquel árbol.

Cuando descendió, dirigió la vista hacia nosotros, acérquense dijo.

-Soy Van, Patriarca del Clan limeño.
-Un gusto caballero, mi nombre es Frida y vengo desde Escocia, dijo ella hablando un pésimo español, pero a pesar de todo se lograba distinguir lo que decía.
-Que te trae por estos lares, cuestiono el patriarca.
-Vine a destruir mi creación, a cumplir una venganza.
-A que te refieres?
-Un humano, un humano común y corriente, me enamoro, se aprovecho de mi, le concebí poderes, y cuando obtuvo todo lo que deseaba me dejo y se marcho.

-Se trata de Benito!? –interrumpí en la conversación

Al pestañear me vi con la nariz de Frida rozando la mía. Me hizo muchas preguntas que no pude contestar, solo le dije que lo había visto, que me había atacado y lo ultimo que supe es que fue tras ella. Mauricio corroboro al información.

Frida tomo dos hojas de aquel árbol, las guardo en su túnica morada y despego.
Cuando el patriarca me tomo del hombro en señal de que era momento de retíranos, gire la cabeza para ver a Santiago.

-Ya se retiro, y ni siquiera yo me di cuenta. -dijo

Mauricio, Humboldt y yo nos encontrábamos igualmente sorprendidos. Avanzamos, cogimos algunos ciervos y nos retiramos.
En todo el trayecto no pude borrar de mi cabeza la imagen de aquella bella mujer que se hacia llamar bruja.

1 comentario:

  1. Que aegría me da saber que has continuado escribiendo esta maravillosa historia, perdona mi ausencia, pero ahora que he regresado al mundo de los blogs me veras seguido por aqui, un abrazo

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